Es extraño lo que provoca el Colegio Nacional. No hay egresado que no lo recuerde con un afecto profundo, entrañable. Es un lugar particular, en el que sus niños-adolescentes-jóvenes, diferentes a los de la canción, no son felices cuando salen de la escuela. Salir del Colegio provoca una mezcla de sensaciones contradictorias. Como todos los finales que representan principios. Pero con la carga adicional que implica irse de un lugar que se quiere. Volver es una sorpresa de los sentidos.