En español
La tesis Naturaleza muerta. El tiempo siempre viene para decir adiós se propone como una instalación que, a través del simbolismo de las flores y gracias a escenas visuales de naturalezas muertas, patterns y atmósferas que inquietan las respuestas sensoriales de otros sentidos, compone una metáfora sobre las transiciones de la vida. Es el Grabado y sus diversas posibilidades el medio que se encuentra para traducir de modo más apropiado un cúmulo de recuerdos, que señalan huellas en la matriz y en el tiempo.
Un antiguo libro de Biología, hallado en un polvoriento armario familiar, es el puntapié del trabajo que presenta esta tesis y, al recordar que existía un capítulo dedicado a El ciclo de las mariposas, surgen los motivos de senescencia botánica que son protagonistas de la obra. De este modo, se establece un paralelismo entre los flujos vitales presentes en el mundo vegetal, la muerte y la posibilidad de vida después de ella, al efectuar la transposición del concepto de tiempo mediante el montaje de la instalación.
De ahí que, a partir de las reflexiones de Anna María Guasch y Didi-Huberman en torno a las nociones de archivo y de memoria, se plantearon los siguientes interrogantes: ¿cómo materializar un recuerdo?, ¿de qué modo la instalación puede ser médium para evocar el transcurso del tiempo? y ¿cómo reinterpretar hechos pasados a partir de la producción con técnicas de Grabado?
En inglés
The thesis Still life. Time always comes to say goodbye is proposed as an installation that, through the symbolism of flowers and thanks to visual scenes of still lives, patterns and atmospheres that unquiet the sensory responses of other senses, composes a metaphor about lifetime transitions. It is Printmaking and its diverse possibilities the medium to translate in a more proper way a cluster of memories, which leave traces in the matrix and in the time.
An antique book of biology, found in a dusty family wardrobe, is the trigger of the work shown in this thesis and, recalling that there was a chapter dedicated to The cycle of butterflies, the motifs of botanical senescence that characterize the piece arise. In this way, a parallelism is set among the vital flows present in the vegetable world, death and the possibility of life after it, when making the transposition of time concept through the assembly of the installation.
Hence, from the reflections of Anna Maria Guasch and Didi-Huberman around the notions of archive and memory, the following questions were posed: how to materialize a memory?, in what way can the installation be a medium to evoke the passage of time? and how to reinterpret past events from working with printmaking techniques?