La noción de enjambre se asocia al funcionamiento de un conjunto numeroso de individuos que registra en su interior una actividad variada, que se entiende como necesaria para mantener el equilibrio del todo. Musicalmente, un coro, percibido como un grupo relativamente homogéneo de individuos, podría ser asumido, en cambio, como un enjambre, dado que, la percepción individual de los coreutas, y del director, en tanto ejecutantes, informa de una percatación consciente de la existencia de todo tipo de desajustes, variaciones de altura y temporales; esta variabilidad percibida podría reflejar condiciones de adaptación y acoples internos dentro del grupo coral que son necesarios para controlar el equilibrio de su funcionamiento. Existen antecedentes empíricos que abordan la incidencia de la disposición de las voces para la interacción en la interpretación, los aspectos acústicos en la coordinación temporal entre dúos, el liderazgo en ensambles instrumentales; la sincronía de los latidos del corazón mientras se canta en coro o el impacto positivo del canto grupal en la salud. Si bien el coro generalmente funciona como una plataforma donde los participantes se sienten conectados entre ellos, la interacción entre la experiencia individual y la percepción de integridad, totalidad y plenitud no debe perderse de vista. No hay estudios que traten en los términos citados a la experiencia hacia el interior del coro; sin embargo, el análisis del entrainment musical que propone tres niveles para estudiar la interacción entre los individuos, a saber: intra-individual, inter-individual e inter-grupo, nos resulta útil para describir los tipos de interacciones que tienen lugar en la práctica coral. Si bien Clayton se focaliza en la dimensión temporal, Leman define al entrainment como un fenómeno espacio-temporal y lo vincula con la teoría de la Cognición Musical Corporeizada. Desde esta perspectiva, indagar las percepciones de los coreutas acerca de su actividad en el coro permitiría conocer la riqueza de las relaciones que ocurren en su interior y nos permitiría entender su funcionamiento en tanto organismo vivo, sujeto a un intenso proceso comunicativo e interactivo.