En las últimas décadas, el paisaje de la periferia de la Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA), y los procesos que intervienen en su construcción social, son resignificados por ciertas tendencias globales que, en conjunto y con sus contradicciones, se expresan en la configuración del territorio metropolitano.
En ese contexto, la expansión urbana metropolitana conjuga el modelo de gradiente y el disperso de baja densidad, con modos de producción de suelo que ponen en juego objetivos y capacidades de los gobiernos municipales para conducir esos procesos.
La generalización del modelo especulativo rentista se expresa en la producción de desarrollos inmobiliarios privados (DI): urbanizaciones cerradas, complejos de oficinas corporativas, centros de ocio y consumo. Bajo pautas globales del urbanismo neoliberal se localizan selectivamente por su rentabilidad; están dirigidos a grupos de altos ingresos; y generan y replican un paisaje artificial ajeno al territorio donde se insertan. Este fenómeno es un emergente del modelo económico imperante en Argentina iniciado en los ´80, consolidado en los ´90, y profundizado en el SXXI cuando se intensifican procesos de fragmentación y micro segregación en la tercera corona que simultáneamente aloja a los sectores más pobres con baja cobertura de bienes y servicios, y a los “autosegregados” grupos privilegiados en urbanizaciones cerradas. (Rocca, 2017).
SegúnVidal-Koppmann (2014), fragmentación, segregación y desterritorialización son conceptos que subyacen en la naturaleza de lo que podría entenderse como el proceso de globalización trasladado al fenómeno urbano y son útiles para comprender el impacto socio-territorial que ha sufrido la RMBA El proceso de expansión urbana a manos de desarrolladores inmobiliarios ya consolidado en el norte de la RMBA, toma nuevos impulsos en el área sur. Aquí los primeros emprendimientos de envergadura (El Carmen, Abril, Fincas de Iraola) se localizaron en el partido de Berazategui en coincidencia con el corredor litoral sur (autopista Bs As-La Plata) y su conector Ruta Provincial 2 (RP 2), en el marco de un paisaje singular asociado al Parque Provincial Pereyra Iraola, (Reserva de Biósfera). Actualmente la presión urbanizadora se constata con un total de 34 DI, de los cuales 28 corresponderían a urbanizaciones cerradas -solo 10 registradas-, y con una fuerte tendencia de localización sobre el área de humedales de la costa rioplatense.