“Personales, portátiles y pedestres”, así son los nuevos dispositivos de telefonía celular. Los mismos representan el paso desde una sociedad en red en la que predominaban los medios masivos de comunicación y sus formatos hacia otra caracterizada por la existencia de tecnologías más personalizadas. En este sentido, reconfiguran el sensorium acerca del tiempo y el espacio, genera nuevos modos de apropiación de los espacios comunes y del poder y, por ende, redefinen el orden institucional y público. Más allá de datos estructurales de la Comisión Nacional de Comunicaciones que nos indican que para nuestro país existía en abril de este año una teledensidad de 122 aparatos de telefonía celular cada 100 habitantes, nos proponemos conocer y tratar de entender las transformaciones que los mismos acarrean en la organización de las relaciones sociales. En especial, nos referiremos a los “flashmob” o “smartmobs”, procesos de movilización social y política que se organizan a través de las nuevas tecnologías de información y comunicación y por fuera de los medios tradicionales.