Bonjour Tristesse de Otto Preminger de 1958, adaptación de la novela homónima de Françoise Sagan es uno de los films de la política de los autores que más marco a Godard: su influencia abarca el período que va desde que este era Jean-Luc hasta después de volverse JLG. Acerca de su primer largometraje À bout de souffle (Godard, 1960) dijo a Cahiers du Cinéma “(…) el personaje de Jean Seberg es la continuación del de Buenos días tristeza (…) Debería haber cogido el último plano de esta película y encadenar con un cartel: tres años después…” (Godard en Chabrol, 2004: 99-100). Godard tomó de esa parte final de la historia del film una cierta errancia en la manera en que la actriz se mueve –y es filmada- por las calles de París.