Toda organización establece y persigue sus metas de negocio. Una meta de negocio siempre posee un propósito o intencionalidad, es decir, la razón para alcanzarla. Las organizaciones deberían seleccionar una estrategia adecuada para cada propósito. Básicamente, una estrategia especifica qué hacer y cómo hacerlo, para ayudar a alcanzar el propósito subyacente. Los propósitos pueden estar dirigidos a evaluar, desarrollar, probar, o mantener una entidad. Algunos propósitos de evaluación particulares, tales como comprender o monitorear, pueden ser alcanzados por estrategias que conllevan actividades de definición de requisitos no funcionales, medición, evaluación y análisis. Mientras que otros propósitos de evaluación, como mejorar o controlar, implican además actividades de cambio. Por lo tanto, estas estrategias también deberían considerar actividades de definición de requisitos funcionales. En vista de lo anterior, en este trabajo se desarrolla un caso donde se aplica una estrategia para mejorar una herramienta didáctica, considerando requisitos funcionales y no funcionales.