Una mirada retrospectiva a los modelos de Educación Odontológica en Iberoamérica nos sitúan ante un paradigma tradicional que respondiera a un marco clínico biológico cuyo objeto de estudio es el sistema estomatológico individual. En esa lógica la teoría antecede a la práctica y su objetivo es la formación del odontólogo clínico. Un modelo tradicional preventivo que supo incorporar las actividades de extensión universitaria, basado en experiencias de campo, con la intención de formar un odontólogo clínico con sensibilidad social. Por último, el modelo de Docencia-Servicio, que estamos comenzando a transitar dentro de una concepción odontológica integral, clínico-socio-epidemiológico, se propone el desarrollo del proceso salud-enfermedad individual y colectivo. Esto conlleva a una organización curricular en la que la práctica se interrelaciona con la teoría en una dinámica permanente.