En el marco de la crisis económica y el proceso devaluatorio argentino de los años 2000-2002, la demanda externa de servicios audiovisuales en general y de animación y vfx1 en particular se incrementó notablemente, encontrando en las empresas locales una respuesta adecuada. El proceso de valorización acompañó la evolución de un sector que se consolidó ofreciendo ventajas competitivas y oportunidades de nuevos negocios.
La posibilidad de exportar publicidad, incluida la animación, surge a partir del 2002, donde varias agencias se posicionan en el exterior en base a su nivel de creatividad y bajos costos; lo mismo ocurre con los servicios de producción fílmica publicitaria.