Volvemos a julio de 1895, al artefacto Lumiere y a los actos generados a partir de este invento. Aquel año se inscribió como el inicio del cine. El acto inaugural: La salida de la fábrica. En relación a su idioma original -La Sortie de l'usine- el título destaca el escenario, aquel espacio donde ocurría la acción. La gran novedad del cinematógrafo Lumiere, a diferencia de la pintura y la fotografía, era la posibilidad tecnológica de captar el movimiento y reproducirlo. Esta invención ha sido un gran aporte a la técnica de la mirada de la cultura burguesa de fines de siglo xix. Con este artefacto se ha modificado definitivamente la percepción humana, pasando de la linealidad imperante hasta 1905 hacia la multiperspectividad actual (Lowe; 1986). La dinámica de la acción registrada por el invento, quedó expresada como acción sustantivada en el título de la primera película de la historia del cine. Pero aquel título presentó la escenografía sin sujeto. Se invisibilizaba así a los protagonistas de este corto documental, a las y los trabajadores que son los que actuaban y daban sentido al experimento de los Lumiere, hijos del dueño de aquella fábrica.