Poco y mucho por decir. Poco, porque parece que todo ya está dicho en la historia y en la aparente cíclica de los hechos. Mucho, en realidad, porque a pesar de las semejanzas el tiempo acomoda, provee, alimenta y hace morir, por supuesto.Y, en esta partecita de Nuestraamérica, la tarea se complica con las contradicciones políticas y sociales de una cultura que aún sigue empeñada en distinguirnos a unos de otros pero no para respetar –o siquiera ver- las identidades sino para enfrentarnos entreteniéndonos en formatos aparentemente suicidas, pero veramente violadores de cualquier dignidad colectiva, social, política (para cerrar el círculo).