Tanto Perlongher como Lemebel son escritores que se resisten a ser ubicados en taxonomías, pese a que ambos aparecen fácilmente bajo el rótulo de “neobarrocos”. Tienen en común una militancia política, social y homosexual, pero sobretodo, y sin dejar de tener en cuenta las evidentes diferencias entre ambos, una singular relación con el lenguaje en sus textos en prosa, que se desborda de todo discurso previsible, a partir de un modo poético en el sentido de poiesis, de invención de un decir que, si bien reconoce sus raíces en la crónica –un tipo textual tan claramente identificable y cuyas fuentes en la tradición literaria hispana son insoslayables- es, al mismo tiempo, una particular discursividad. En este trabajo nos centraremos en la lengua poética de Prosa plebeya de Perlongher (1997) y Loco afán. Crónicas de Sidario, de Lemebel (1996), para intentar mostrar, desde el enfoque de estudios queer, cómo Perlongher -a partir de una modalidad más ensayística y con un estilo más intelectualmente hermético, mordaz e inclinado a la oscuridad- y Lemebel -con tramas más narrativas y en un tono más cercano a lo humorístico, nostálgico y kitsch- crean un lenguaje incisivo, que juega con el pliegue, el claroscuro, el retorcimiento, y refunda el género.