En el marco de un proceso de ofensiva neoconservadora que en los últimos años está atravesando América Latina, el presente artículo propone indagar acerca de las distintas estrategias y mecanismos implementados por los presidentes Mauricio Macri en Argentina y Lenín Moreno en Ecuador, para desarticular aspectos nodales del andamiaje jurídico de dos leyes de comunicación sancionadas democráticamente en los gobiernos populares que los antecedieron: la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) y la Ley Orgánica de Comunicación (LOC), respectivamente.
En definitiva, se trata de un intento por torcer el rumbo de las políticas de comunicación de estos países en función de los intereses de las poderosas empresas mediáticas, cuyo efecto inmediato implica el avasallamiento de derechos adquiridos por las mayorías en las décadas pasadas.