La lectoescritura es esencial para el transitar de la vida cotidiana y, sobre todo para el ejercicio de la labor de comunicador. La misma, abocada a la literatura, no sólo refleja las realidades de distintos personajes -que pueden o no, ser ficción- sino que también es una manera central de narrar nuestros contextos sociales y políticos.
La escritura es una herramienta central para la comunicación, la compresión de los contextos y la transmisión de críticas de los mismos.