Los medios de comunicación construyen sentido sobre los hechos sociales. Sobreponen unas visiones por sobre otras y les otorgan un cierto grado -importante- de legitimidad. Basados en un principio de verdad aparentemente indiscutible, nombran las cosas y les dan valor. Ahora bien, ¿qué sucede cuando un conjunto de actores sociales no es nombrado en el discurso de la información? En el ámbito de las noticias deportivas, tanto la jerarquización, como las voces que las narran, son adultas. Los niños no aparecen como unos actores relevantes en la construcción de la información deportiva.
En este sentido, el presente artículo se propone indagar acerca de la dimensión política de esa ausencia, entendiendo que el significado de niñez es también una construcción social, no exenta de disputas, en la que los niños son actores claves.