A diferencia de los productos de las artes plásticas que no implican necesariamente la formulación de un proyecto que anteceda al acto productivo de la obra, el Diseño Industrial hace de esta particularidad su característica esencial: El acto de Diseño ES un proceso proyectual con finalidad productiva. Esta característica se fundamenta en que el proceso de Diseño obedece a la separación de la instancia de ideación de aquella de producción propiamente dicha. Los procesos artístico y artesanales no necesariamente deben cumplir este requisito; donde el proceso creativo es con frecuencia simultáneo y concurrente con el acto de elaboración material del producto final. El resultante del proyecto es un conjunto de especificaciones descriptivas de un futuro producto tecnológico. Entre ellas puede estar incluido un prototipo experimental del producto, pero la elaboración de esta pieza única no es el propósito final del acto proyectual, sino su caracterización detallada que —a modo de modelo— sirva para replicarlo tantas veces como sea necesario, por medios industriales adecuados.