El presente trabajo da cuenta de un proyecto de extensión realizado con el financiamiento de la Universidad Nacional de Villa María –y luego de la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación-, como modo de generar espacios que vinculen los contenidos curriculares del nivel medio con herramientas prácticas que posibiliten un mayor interés del alumno en la escuela. De este modo, se produjeron nuevas modalidades de aprendizaje a través de la elaboración de un periódico escolar, la implementación de cátedras compartidas, la organización de cursos de formación y la realización de un viaje de proyecto con los alumnos.
Vale destacar que el IPEM Nº 275 es una escuela secundaria pública de la ciudad de Villa María destinada a la formación de bachilleres, que desde 1984 anexó el turno nocturno. Este espacio contiene a alumnos que han fracasado en otros turnos tradicionales o que lo eligen por ser el ámbito que más se adapta a su contexto social problemático, que les impide asistir en otros horarios. A lo largo de los años los esfuerzos de la institución se han orientado a cubrir este amplio abanico de demandas, sin embargo, ello no ha impedido que muchos alumnos abandonen sus estudios secundarios.
Esta circunstancia puso en peligro la continuidad del nocturno cuando, a fines de 2012, la Inspección de la que depende intentó cerrarlo. Aunque esto fue impedido -a partir de la defensa del legítimo derecho de los estudiantes a que se garantice su acceso a la educación-, el nocturno debió comprometerse con la ejecución de un proyecto de intervención para establecer estrategias que garanticen la continuidad de los alumnos en la escuela. Por este motivo surgió “La Voz del Nocturno” como periódico distintivo de la institución, con el objeto de alentar la participación y promover la inclusión social de los jóvenes involucrados.