La llegada de la democracia en 1983 reforzó la presencia de la televisión en la sociedad argentina, que se instaló como una parte integral de la vida cotidiana. De esta manera, durante los 80 la TV potenció una cultura masiva del entretenimiento y se amparó en la frivolidad y la diversión como factor primordial. La letra de la canción “Divina TV Führer” de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota (Oktubre, 1986) no escapa de esa crítica y pone en relieve una vinculación existente entre la televisión y evasión en un contexto de apertura democrática.
En el tema, la TV forma parte de un eje de dominación que deforma la realidad, trastoca la información y vitaliza los intereses del orden sistémico que ejerce el poder. Ya desde el título, la canción alude a una fortaleza comparable con una divinidad sagrada y religiosa, en tanto que el sustantivo “Führer” (de origen alemán) se emparienta con una conducción controladora, similar a la propuesto en la novela 1984 de George Orwell.