El estudio científico sobre hongos alucinógenos es de larga data, pero a partir de 1950 despiertan interés público, mientras que en la década del setenta sobreviene en los EE.UU. un gran entusiasmo por la literatura referida a estos hongos y también a "experimentar con ellos", en búsqueda de sus efectos alucinógeno. Luego de la síntesis de la principal sustancia activa (psilocibina, 1960), su empleo se generalizó y si bien afortunadamente en nuestro país no se produjo una gran divulgación las autoridades sanitarias han incluido a psilocibina y psilicina en la última nómina oficial de drogas psicotrópicas ("Lista 1").