La insuficiencia circulatoria cerebral, puede obedecer no solamente a trastornos vasculares intracraneanos, sino también ser consecuencia de alteraciones provocadas por estrecheces u oclusiones de diversa etiología, que asientan a nivel de los troncos supraaórticos, carótidas primitivas, carótidas internas v arterias vertebrales en su trayecto extra cráneano, o en las arterias subclavias desde su nacimiento basta el punto de origen de estas últimas. Un somero repaso anatómico, nos hará recordar que la masa encefálica está irrigada por cuatro importantes arterias, las dos carótidas internas y las dos vertebrales; y en menor cuantía por colaterales extracráneanas de la carótida externa que se anastomosan con ramas de las mencionadas anteriormente. Las carótidas internas v vertebrales, en el seno de la masa encefálica se unen a través del círculo anastomótico de Willis, de la siguiente manera, la arteria comunicante anterior une las dos arterias cerebrales anteriores, ramas terminales de la carótida interna; las comunicantes posteriores unen las carótidas internas y las arterias cerebrales posteriores, ramas terminales del tronco basilar, formado por la unión de las dos arterias vertebrales.