Antes del 2007, el sector móvil argentino se encontraba compuesto por tres empresas: Movistar (Telefónica), Personal (Telecom) y Compañía Teléfonos del Interior (GTEA y Agea/Clarín), más conocida por su siglas CTI1, y fueron las que concentraron el mercado de la telefonía móvil (Castro Rojas, 2000; Informe económico de Coyuntura, 2012). El estándar que funcionaba era el GSM (Global System for Mobile o sistema global para las comunicaciones móviles) que pertenece al sistema 2G. Este sistema posibilito una mayor calidad en las transmisiones de voz y generó nuevos servicios, como los mensajes de texto. El sistema 2G data de los años 90, cuando los países europeos lo adoptaron, siendo los pioneros en su implementación y expansión (Sandoval, 2016: 272). Pero, en 1999, aparece el sistema 3G, pero su implementación se retraso hasta los 2000 "por razones macroeconómicas y de mercado[...]" (Sandoval, 2016: 272).
El 3G llega a la Argentina en el año 2007 de la mano de las empresas móviles Personal, Movistar y Claro, como estrategia para ganar mercado. El presente trabajo se propone analizar de forma exploratoria la conformación del mercado móvil a partir de la entrada en vigencia de los servicios de 3G y las medidas que tomo el estado argentino en torno al sector. Para ello se hará un recorrido por la implementación del sistema 3G por parte de las empresas y por dos medidas implementadas por parte del Estado argentino, que fueron la portabilidad numérica y la licitación de espectro. La importancia de ello es observar como se desarrollo el mercado móvil a partir de la implementación de un nuevo sistema y como afecto esto a su estructura.