La biopsia pulmonar percutánea constituye un procedimiento práctico y de gran simplicidad para el diagnóstico de las afecciones difusas de ese órgano; es útil, asimismo, para el estudio histológico de procesos localizados, con emplazamiento periférico.
La práctica de la biopsia de pulmón fue iniciada por Menetrier (1886) v Krönig (1887), para el diagnóstico del cáncer, utilizando para ello la aspiración a través de agujas de calibre adecuado. El método fue abandonado por el peli gro de complicaciones y la posibilidad de siembras metastáticas en el trayecto de la punción.
Con el advenimiento de la aguja hendida de Vim-Silverman, la biopsia pulmonar adquirió nueva vigencia, v en 1954 Dutra y Geraci publicaron tres casos cuyo diagnóstico fue asegurado mediante ese procedimiento. A partir de entonces la biopsia se generalizó v en la actualidad pasan de dos millares los casos publicados.
Los instrumentos más empleados son la aguja de Vim-Silverman, la de Men- ghini v las agujas comunes de aspiración. Un avance notable de la técnica se debe a Stig Radner, de Lund (Suecia), quien creó un sencillo instrumental, que a nuestro entender, supera en la calidad del material obtenido, a los procedimientos anteriores. Este autor realizó 125 biopsias (12), observando, como únicas complicaciones, algunos casos de hemoptisis fugaces y 5 casos de neumotorax fácilmente reversibles, en pacientes enfisematosos.
Con el instrumental ce Radne; v siguiendo su técnica’ que uno de nosotros (F. S.) aprendió personalmente del autor, hemos realizado 40 biopsias, comprobando la superioridad del método.