La formación de los estudiantes universitarios de cualquier carrera debe exceder los meros conocimientos teóricos y las habilidades prácticas, y agregar también elementos que colaboren a un desarrollo integral del futuro profesional que formará parte activa de la sociedad. Esta formación debe contar entonces con aspectos de orden social, filosófico, artístico y político, que lo conviertan en un profesional íntegro, humano, solidario y sensible a las necesidades y las problemáticas actuales; y a su vez cuente con las competencias que la sociedad le requiere. Siguiendo este concepto, resulta claro deducir que el perfil del egresado es un elemento central en la elección del currículo de una carrera universitaria. Los estudiantes deben cubrir las expectativas propuestas por las unidades formadoras, las cuales a través de un plan de estudios adecuado deberán generar los suficientes conocimientos, habilidades, actitudes y valores para que sus estudiantes alcancen el perfil de egreso deseado en el campo de la disciplina que corresponda.