Durante la primera década del siglo XXI, tuvieron lugar en América Latina experiencias políticas que discontinuaron el orden neoliberal imperante en la década del ’90. En países como Brasil, Uruguay, Paraguay, Ecuador, Venezuela, Honduras, Argentina e, inclusive, Chile y Perú, la identidad política de los partidos, alianzas o movimientos gobernantes se construía en oposición a alternativas conservadoras y vinculadas al mercado. Y, si bien los procesos fueron distintos en cada país merced a sus propias tradiciones, culturas y contextos, puede decirse que la ampliación de derechos, la intervención estatal en la economía y, con ello, cierto grado de distribución de la riqueza fueron características comunes a todos ellos.