Analizaremos aquí las declaraciones realizadas por el ex presidente del Club Atlético River Plate (2001-2009) doctor José María Aguilar, quien fuera citado el día 20 de febrero de 2007 por la Comisión Especial para el Análisis, Evaluación e Investigación de la Violencia en el Fútbol de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación de la República Argentina.
La cuestión de la violencia en el fútbol pareciera estar presente, tanto en los medios de comunicación como en cierta agenda política, de forma reiterativa en la medida en que acontecen distintas situaciones dónde, con diferentes características y niveles, prevalecen los enfrentamientos físicos entre los hinchas o se muestra el accionar particular de las llamadas “barras bravas”, las que merecen especial atención de los medios. En este contexto, se vuelve central el rol de los dirigentes de los clubes de fútbol en su calidad de directivos, pero además por encontrarse, de alguna manera, en la “mira” de los medios y del sentido común más general. Escuchamos habitualmente hacer hincapié en la responsabilidad dirigencial, junto con la que les cabe a los gobiernos de turno de los diferentes estamentos, sean nacionales, provinciales o municipales.
La situación a analizar discursivamente trata del encuentro entre dos partes: una que declara –el dirigente máximo de unos de los dos clubes más importantes del país, al cual los hechos recientes han colocado en el centro de la escena– y otra que toma nota y juzga –la clase política, encarnada en este caso en una parte del corpus legislativo nacional–.