Tradicionalmente, la universidad ha sido elitista. Sin embargo, en la actualidad, se demanda una universidad masiva y heterogénea, con todo lo que eso implica: (re)pensar el rol docente, incluir a las minorías y garantizar el ingreso irrestricto, la permanencia y el egreso de los estudiantes, construir conocimiento de forma colectiva que abarque a todas y cada una de las ciencias, modificar los discursos misóginos, machistas y heteronormativos. La universidad pública fue, históricamente, un reflejo de época. En los más de cuatrocientos años que tiene en la Argentina, se erigió en un espacio en el que tuvieron lugar las luchas de clase y del que emergieron las figuras más emblemáticas y trascendentales desde principios del siglo XX hasta hoy.