A las referencias que anteceden y sirven para alertar al médico práctico sobre la nocividad de ciertos fármacos sobre el hígado, procurando de esa manera que el manejo terapéutico sea cri- teriosamente adecuado al paciente, su afección y naturalmente el conocimiento de antecedentes nosológicos que deben tenerse en cuenta para precaver incidentes que retarden o comprometan la evolución clínica, también es menester el conocimiento -aunque sea en líneas generales- sobre una serie de sustancias, a menudo llamadas drogas (por su origen de manufactura química), de aplicación industrial, rural y en ocasiones usadas en el medio doméstico, las que por su toxicidad sobre el hepatón son capaces de generar ictericia por los mecanismos ya explicados y plantear al profesional actuante un interrogante diagnóstico etiológico que necesita dilucidar para la más correcta conducción clínica del caso.
De la experiencia clínica acumulada se han elegido aquellas drogas o sustancias que en su he- patotoxicidad se exteriorizan por icterígenas.