Por diferentes motivos clínicos, diagnósticos o terapéuticos puede ser necesario atenuar o suprimir el dolor en un paciente con ictericia. Excepcionalmente en una ictericia el hígado no participa en la disfunción.
Generalmente cualquiera que sea la causa de la ictericia el hígado está involucrado en su función y en consecuencia su parénquima no responde normalmente y hay una acción recíproca funcional o tóxica entre el agente o la técnica para suprimir el dolor y el hígado, y del mismo hígado sobre el agente o función. Por ejemplo, considerando la circulación hepática media que es de 1,5 l/min, durante la anestesia se reduce a 880 ml/min, disminuyendo aún más al profundizarla y al estar bajo la patología de un ictérico puede ser de por sí mucho menor y en consecuencia es evidente la acción recíproca deletérea. Los relatores de este trabajo han detallado minuciosamente la biopatología del paciente ictérico y este aporte contribuye a que el anestesiólogo ubique la relación que se establece en cada caso y su acción como encargado de la supresión del dolor y la reanimación.