Este trabajo es el desarrollo de una búsqueda que tiene que ver con el análisis y la producción de una escultura interactiva mediada por el uso de tecnología robótica.
El planteo corresponde a una experiencia guiada por un sistema de cámaras, sensores y servomotores.
Es una propuesta participativa donde el ¨público¨ será el input necesario para la activación del sistema propuesto y por consiguiente la reacción de los mecanismos dispuestos en la escultura portable y las imágenes reproducidas en la pantalla de la sala.
A su vez se pondrá de manifiesto las problemáticas en torno a denominación de la obra y de los ¨espectadores¨ que requiere este tipo de producciones.
Se presenta un diálogo explícito entre el "público" y la obra, una relación que establece el intercambio de información moderada por elementos de software y hardware.
Estos artilugios tecnológicos son el medio para provocar, desafiar e interpelar el sistema sensorial de quien lo active, en su totalidad, donde el sentido de la vista esté dispuesto de tal modo que permita cuestionar física e intelectualmente la forma que percibimos lo que nos rodea.
Lo habitual y conocido está tan enraizado que nos provoca una seguridad tan placentera como peligrosa. Esta estructura de contención es difícil de romper y muchas veces no permite ver el reverso de las cosas.
Este trabajo es el inicio de una búsqueda experimental sobre cómo desarrollar otra forma de percepción donde los sentidos estén desafiados por el simple hecho de funcionar diferente.
Cómo lograr desestabilizar, desorientar, desequilibrar, no solo conceptualmente sino también habilitar una experiencia que permita vivenciar y pasarlo por el cuerpo. Tener la necesidad entonces de agudizar los sentidos y reorganizarlos nuevamente.
Este trabajo se propone transformar y provocar una experiencia sensorial.
Confrontarse con una situación que invite a redefinir aquello que da tanta seguridad como es el percibir el mundo a través de nuestros ojos, ubicados únicamente en la frontalidad de la cabeza. Se trata de enmarcar una situación cotidiana, forzarla a una acción no voluntaria, volviendo consciente lo que hacemos casi mecánicamente.
El hecho de desestabilizar invita a cuestionarse todo aquello que está dado por sentado, es romperlo y desordenarlo, teniendo como posibilidad comenzar a construir desde la incertidumbre.