A partir de un archivo fotográfico de una familia desconocida, que adquiero luego de comprar un proyector de diapositivas, puedo hilvanar una idea que venía cociendo hacía un tiempo. Para ser más específica, estaba ilustrando ciertos personajes de carácter inverosímil que presentaban alguna anomalía en relación a los parámetros establecidos como “normales”, poniendo en cuestión y trazando cierto paralelismo con lo monstruoso atribuido al sujeto (el sujeto como fenómeno). Una obra que tome como referencia para iniciar este proceso es la película de Tod Browning “Freaks” (1932). El filme en blanco y negro relata la vida en un circo habitado por personas deformes, tullidas, amputadas y con malformaciones físicas en su mayoría y pone en evidencia la idea de monstruosidad desvinculada al cuerpo, desvaneciendo las distancias entre lo monstruoso y lo normal, lo bello y lo feo, lo malvado y lo bondadoso. Browning genera una parábola donde los freaks se comportan con dignidad y los normales son perversos.
Las fotos familiares que heredé transformaron y profundizaron de alguna manera esta propuesta. Aquí advierto el proceso dialéctico en donde la materialidad y la idea dialogan, se nutren y se atraviesan constantemente.
Proyecto las diapositivas y se abre un abanico de posibilidades para la construcción de la obra. Aparece el otro.
Hago foco en una escena que logra convocar mi atención. Esta fotografía inundada de un ambiente lúgubre parece retratar una familia en los años 70. Sus gestos, miradas y posturas me interpelan y cuestionan sobre las diferentes situaciones que, tal vez, se cristalizaron dentro de esa familia y a la vez en la sociedad y que en algún punto me eran habituales.
A partir de ésta imagen comienzo a tejer una trama interpretativa que evoca el concepto de familia bajo la estructura patriarcal. Lo que aparece visible, lo que permanece en secreto y lo unheimlich (Freud, 1919). Este último término define lo siniestro dentro de un entorno amable, familiar y que todo lo que incide en el terreno de lo desconocido, enigmático (aunque conocido) emerge en un momento dado.
Me hace pensar en la familia como la primera institución social en perpetuar las verdades absolutas, en generar padecimiento por el deber ser y en ocultar el horror dentro de un entorno cotidiano.