Este artículo pretende colaborar a la necesaria deconstrucción del derecho, en el que es básico mostrar todas sus facetas; lo que dice, pero en especial, lo que silencia; lo que muestra, pero en particular, lo que esconde; lo que aún muchos académicos del derecho le tienen terror: aceptar que “las facultades de Derecho son lugares intensamente políticos” como afirma de manera elocuente y sabia el profesor norteamericano Duncan Kennedy (2004: 117).