En la visión liminar de su fundador, la ciudad de La Plata sería prenda de paz y de unidad para la República Argentina al dar a la Provincia de Buenos Aires una nueva capital para reemplazar a la que fuera cedida a la Nación. El acto de generosidad y grandeza que precedió a la Fundación fue continuado por un impulso cultural integrador y armonioso que edificó la nueva ciudad junto a un bosque, y desde allí la abrió hacia los horizontes dilatados de la llanura pampeana, hacia el río-océano que compartía su nombre, hacia todas las personas visionarias y emprendedoras que comprendieron el mensaje, lo hicieron suyo y lo fueron realizando desde 1882 hasta el presente. Ese sino creador, expansivo y solidario generado por Dardo Rocha, gobernante y fundador, atrajo naturalmente la presencia de Francisco Pascasio Moreno, hombre ejemplar cuyo mayor orgullo era “servir a la Patria ”, científico por vocación, fundador y director del Museo que creció y se identificó con la ciudad. Para completar ese trío de fundadores que, con marca indeleble forjó el carácter y destino de La Plata, llegó en 1905Joaquín V. González, político, pensador y educador, para fundar y presidir la Universidad Nacional que tomó al Museo como uno de sus centros vitales y ejemplares. Así pues, por destino singular, el Museo de La Plata, que naciera en un ámbito familiar con las Presentación incipientes colecciones reunidas por la juvenil vocación de Moreno, fue luego provincial y se expandió con la creación capitalina de Rocha, etapa en que, dirigido por Moreno, construyó su edificio en el Bosque y se consolidó convocando a investigadores y técnicos argentinos y europeos, para llegar a ser finalmente universitario y nacional en el proyecto educador de González. Tuvo, pues, nuestro Museo el privilegio de recibir el devoto interés de tres pro-hombres de nuestra argentinidad que, con visión ecuménica, influyeron decisivamente en la configuración identificatoria de la ciudad de La Plata: ciudad capital y centro administrativo; ciudad de la ciencia, la cultura y la afirmación nacional y solidaria; ciudad universitaria de proyección americanista y universal; ciudad propicia para la meditación y la trascendencia filosófica y religiosa.
Aquella misión protagónica y abarcadora del Museo de La Plata se rejlejó en su accionar y en su contenido más significativo, que integra en sus investigaciones y colecciones muestras expresivas de la historia y las ciencias del hombre, como la Antropología, la Etnograjía y la Arqueología, junto con la historia y las ciencias de la naturaleza: Geología, Paleontología, Zoología y Botánica, todas ellas particularmente referidas a nuestro país y al continente americano. Estos temas constituyen la actividad medular de nuestro Museo pero, conociendo la amplitud de los objetivos científicos y culturales que animaron su creación y consolidación, no sorprende que su edificio albergara, en sucesivas etapas, el nacimiento de la que fuera luego Imprenta Oficial de la Provincia, o la Facultad de Química, la Escuela de Geografía, la Escuela de Dibujo (actual Facultad de Bellas Artes) y la Facultad de Ciencias Naturales, y que junto con la evolución de las ciencias del hombre y la naturaleza, sus autoridades, investigadores y técnicos se interesaran por las expresiones artísticas, especialmente las de las artes plásticas, como lo prueban la calidad arquitectónica de su edificio y su integración con manifestaciones escultóricas y pictóricas relevantes, así como el afán del Perito Moreno y otros directivos posteriores para promover la pintura argentina en nuestro país y en el exterior, organizando su concurrencia a exposiciones realizadas en ciudades de América del Norte y de Europa (1925).