Las doce canciones compuestas, arregladas y producidas por Javier delinean un perfil generacional que, sin duda alguna, nos interpela a más de uno. Mirada Primera es un disco caótico, un disco de momentos, un disco de canciones que no se parecen entre sí, pero en las que pueden verse las marcas de los días pasados en La Plata, en Tucumán, en México; como si las distancias fueran recortadas y puestas sobre la mesa listas para ser reconfiguradas.