Se dice que en La Plata levantás una baldosa y encontrás un grupo de rock. O que en todas sus manzanas hay una banda ensayando. Verdad o no, lo cierto es que la producción musical de la ciudad es tan grande que algunos la llaman «indie platense», en referencia a la búsqueda en vertientes musicales y formas de producción under de elementos para la creación de una estética musical local.
Aunque Laika Perra Rusa se inserta cómodamente en este contexto, sus dos últimos discos proponen una heterogeneidad estilística que desafía la solidez estética perseguida por el rock platense.