En las proximidades de la ciudad de la Plata se encuentra un área productiva de relevancia llamada Cinturón Hortícola Platense, ubicada en el sector periurbano del área metropolitana, zona de transición entre los sectores netamente urbanos y rurales, con límites móviles según los ritmos de la urbanización. Este cinturón hortícola abastece de hortalizas y verduras a la población del área metropolitana. Si bien se registran algunas grandes unidades productivas, la mayoría de estos huertos comerciales son de agricultura familiar. Este es el tipo de producción en el cual la actividad agropecuaria es la principal fuente de ingresos del núcleo doméstico, aunque puede ser complementada con otras actividades no agrícolas que se realizan dentro o fuera este. Se trata de una actividad con uso preponderante de la fuerza de trabajo familiar, siendo el jefe(a) de ella quien participa de manera directa del proceso productivo. El estudio etnobotánico de 40 huertos comerciales en la zona descrita ha permitido identificar prácticas y características similares a las registradas en los huertos destinados al consumo familiar: 1) Se observaron criterios de selección y prácticas de manejo propias de la unidades domésticas, a pesar de la incidencia del mercado en la decisión de qué y cuándo cultivar. Para ello se presentan y discuten los distintos criterios de selección de semillas (morfológico, productivo, culinario, innovador, independencia, económico); 2) Los huertos familiares son ámbitos de innovación y experimentación. Se presentan y discuten cuatro cultivares típicos correspondientes a Cucurbita maxima var. zapallito, Foeniculum vulgare, Beta vulgaris var. cycla y Dianthus barbatus, valorados por los horticultores locales como “identitarios”; 3) Se registra el interés en apoyar la economía familiar con la producción de alimentos para su comercialización. Por esto se han conformado diversos grupos de agroindustria artesanal con el fin de darle un valor agregado a la producción, aumentar la mano de obra, aprovechar los excedentes de producción y obtener ingresos extra. En este proceso se obtienen productos diferenciados que provienen de hortalizas y frutas sin agrotóxicos, conservantes ni colorantes, además se elaboran mediante técnicas artesanales, rescatando, en su mayoría, recetas tradicionales. De este modo se concluye que, al igual que los huertos familiares, los huertos comerciales estudiados constituyen reservorios de variedades vegetales con distinto grado de asociación con el ser humano, y también reservorios de prácticas culturales de manejo. Destacar este carácter es relevante en un momento en el que la agricultura familiar es objeto de legislación y regulación en la Argentina.