Las lesiones de tipo adquirido son aquellas de causas predominantemente mecánicas, aunque existen otros agentes capaces de lesionar la pieza dentaria. Así tenemos: fractura dentaria, que puede ser coronaria (adamantina, amelodentinaria o amelodentinopulpar) o radicular (cemento-dentino-pulpar o cementaria); atricción fisiológica (masticación) o patológica (bruxismo); abrasión, en el sector cervical (por uso de sustancias abrasivas o de prótesis). Por causa química: pigmentación endógena (hemorragia interna) o exógena (tabaco, medicamentos); erosión endógena (vómitos) o exógena (ácidos industriales) y de causa multifactorial como la caries dental (placa bacteriana). Estas lesiones deben diferenciarse de malformaciones dentarias.