La agenda política municipal no es la misma de hace diez años, ni de hace cinco. El contexto cambió, tanto el nacional, como el mundial: la economía se globalizó y los vínculos entre las comunidades se horizontalizaron: la dependencia ya no es sustituida por la independencia sino por la interdependencia.
Es evidente que esta nueva realidad económica y política, globalizada y horizontalizada, genera un cambio en las preocupaciones, demandas y prioridades de la sociedad y en consecuencia, le incorpora a las instituciones del Estado más cercanas a la Comunidad, nuevos roles que adquieren un peso específico aún mayor en la consideración de la gente, que aquellos tradicionales.
El peso de esta realidad le impone al municipio la responsabilidad de liderar, de gobernar, de conducir: De dotar a su Comunidad de una estrategia de desarrollo. No le incorpora un nuevo rol sino que transforma su rol dentro de la Comunidad y subordina sus acciones anteriores a esta nueva competencia.