Latinoamérica tiene 5 millones de personas no videntes, de las cuales 200 mil son niños en edad escolar. Todas las escuelas especiales enseñan a leer y escribir Braille, y por consiguiente necesitan equipamiento y servicio técnico de estos productos. Este lenguaje es el medio más importante para que estas personas puedan acceder al conocimiento y a compartir la información. A partir de ello se realizó un prototipo de máquina que pudiera suplir esta demanda, consiguiendo un desarrollo importante aunque nunca se consolidó como para lograr llegar al mercado. Se realizó un acuerdo con el INTI que logró importantes avances.