Desde una perspectiva cultural antropológica, las prácticas comunitarias pueden considerarse medio de socialización y formación de la identidad. Esto implica un proceso de identificación constante y dinámica con la diversidad cultural, que se erige como hecho social posibilitando la creatividad y el intercambio, vinculándose con el desarrollo humano. (UNESCO, 2005). En este contexto, este artículo analiza la expresión musical de la banda de Sikuris como emergente grupal e institucional en la Licenciatura en Musicoterapia (UBA). Se presentan diferentes concepciones de música y músico derivadas de este quehacer enfatizándose la música como hacer (Small, 1999). Se enfatiza en que: 1) los instrumentos se completan en la interacción, y 2) son construidos por los ejecutantes. La banda, en tanto performance participativa (Turino, 2008) fomenta interacciones singulares que se entraman dando lugar a la identidad grupal, a la cooperación musical sonora y social que trascienden concepciones de música que parten de las ontologías hegemónicas (Shifres y Gonnet, 2015). Desde el punto de vista metodológico se entrevista a los integrantes y se realizan observaciones de las prácticas que llevan a cabo. A modo de conclusión, se problematiza acerca de las conceptualizaciones de música y músico sobre las se sustenta la práctica musicoterapéutica.