A lo largo de las últimas décadas la ingeniería del software ha tenido una constante evolución en la definición del proceso de construcción de software. Sin embargo y pese a los grandes avances que ha producido, ésta se ha centrado principalmente en los problemas derivados del desarrollo, restándole atención a la implantación como parte integrante del proceso que coloca al producto desarrollado en un estado operativo.
Siguiendo la línea de investigación donde se desarrolló un modelo de implantación de software, se pretende ahora poder hacer un análisis de las condiciones del entorno donde se va a llevar a cabo la implantación y de ese modo poder detectar tempranamente potenciales dificultades en el proyecto a fin de tomar las medidas necesarias para evitarlas o al menos morigerarlas.