La preservación del Patrimonio ha apuntado, tradicionalmente, hacia la protección de obras artísticas o arquitectónicas del ataque de microorganismos, ya sea bacterias, hongos, algas y/o líquenes. Sin embargo, existe otro tipo de perjuicios sobre estructuras y superficies causado por el asentamiento de organismos macroscópicos que producen un marcado deterioro de los materiales y grandes pérdidas económicas. Este fenómeno es bien conocido en ambientes marinos pero, recientemente, ha adquirido gran relevancia en cuerpos de agua dulce en distintos continentes. Durante la última década distintas estructuras ubicadas en la Cuenca del Plata han sido invadidos por un molusco bivalvo sésil proveniente del sudeste asiático. Este molusco, Limnoperna fortunei (Bivalvia, Mytilidae) fue registrado por primera vez en 1991 en el Balneario Bagliardi y en la toma de agua de Punta Lara. Experimentó un vertiginoso avance llegando a Posadas en 1998 y colonizando la Represa de Yacyretá. Ubicada sobre el río Paraná, esta Central Hidroeléctrica es una de las obras que conforman el patrimonio de ingeniería civil más importantes de la Argentina.