La Escuela de Lenguas es un lugar muy especial para mí, ya que me ha tocado profundamente de distintas maneras a lo largo de los años. Es el lugar donde di mis primeros pasos en el aprendizaje de una lengua extranjera, crecí, desarrollé mi pasión por los idiomas y, posteriormente, por la docencia. Hoy decidí escribir sobre ella porque me gustaría contar el camino que recorrí bajo distintos roles: como alumna, como pasante y como docente. En muchos aspectos, considero a la escuela como un lugar de crecimiento, de inclusión y de libertad de expresión.