Los patrimonios se construyen socialmente a través de la legitimación de ciertos referentes materiales/simbólicos. Determinados bienes son dotados de valores, de la capacidad de representar identidades, de ser destacados como únicos y de prevalecer. En ese proceso, agentes sociales con intereses diversos, son constituidos como fuentes de autoridad para definir qué es y qué no es patrimonio, para encargarse de la custodia como condensación de una experiencia histórica al tiempo que cristalizan disputas de poder. Nos proponemos problematizar estos aspectos a partir de tensiones emergentes en nuestra práctica etnográfica Al reconocernos como agentes de injerencia en esta dinámica, nos vemos en la necesidad de poner en diálogo la definición formal de patrimonio, las representaciones locales y sus implicancias políticas. ¿Cuál es la relación entre “patrimonio”, “saberes y tradición” en la institución escolar? ¿Cómo entender el patrimonio en un contexto intercultural? ¿Cómo nos situamos como antropólogas frente a estos interrogantes?