No es novedad decir que el discurso político-económico presente en los medios hegemónicos opera en contraposición de los gobiernos populares y obstruye las discusiones centrales contra los poderes reales de comunicación. Si bien este conflicto aún continúa y tiene momentos cambiantes, vale indagar también en la problemática de la deformación profesional de los/as periodistas y la inestabilidad argumental que despliegan en la retórica de la información.
Al respecto, el ejercicio del periodismo en espacios mediáticos hegemónicos o de amplificación informativa dominante carece de consistencia en materia de teoría política y económica. Más allá del impacto y la exacerbación del sentido común, sus exposiciones resultan endebles a la hora de fundamentar una posición e incluir una problematización sobre el tema en cuestión (aún con un/a entrevistado/a de referencia).
No caben dudas que los/las periodistas especialistas en política y economía tienen una gran agenda de contactos, están en el lugar indicado y son expertos en el lenguaje periodístico televisivo, radial, gráfico o digital. Sin embargo, si focalizamos en el armado de sus comentarios o reflexiones, el ingreso a una zona inestable y precaria es directa y sin escalas.