Como bien sabemos los lectores, leer novelas es una experiencia que se realiza en soledad. Y a los lectores nos gusta la soledad. Pero qué pasa cuando un libro nos encanta, nos vuela la cabeza, nos deja pensando, nos hace cuestionarnos ciertas estructuras o ideas que sentíamos naturales y queremos comentarlas, discutirlas, socializarlas. Sí, existe internet. Ahora cualquiera puede escribir un post sobre el libro y decir todo lo que quiera al respecto. Probablemente algunas personas lo leerán y hasta pondrán un “Me gusta” o “nos darán un like”. Pero, ¿qué le falta a eso? ¿Cuántas personas de nuestro círculo social podemos encontrar que hayan leído ese mismo libro? ¿Cuántos nos responderán o abrirán el debate? El problema con los libros y las redes sociales (quizás el problema de las redes sociales en sí), es que terminan siendo una huella de nuestra propia experiencia y no mucho más que eso. En pocos casos se genera verdadero un intercambio social.