La notación musical aparece como un aspecto problematizado en el debate acerca de las formas de colonialidad del saber. A menudo es vista como un instrumento de dominación porque se impone como modo de representación para las músicas que provienen de la tradición oral, las cuales encuentran en la notación innumerables limitaciones para su registro. Sin embargo, esta epistemología de notación musical: (i) que limita sus posibilidades al repertorio académico, (ii) que advierte sobre su (in)capacidad para registrar otras músicas, (iii) que limita y reduce su función a la de un registro, (iv) que impulsa el desarrollo de habilidades de lectura especialmente y (v) que asume la actividad de leer como decodificar y escribir como codificar con su concomitante pedagogía; es la que se interpela aquí como epistemología hegemónica. Esta epistemología conlleva una perspectiva eurocéntrica de la notación musical, ha colonializado la educación musical instalándose como hegemónica y se ha naturalizando no sólo en los ámbitos de formación musical, sino también en el sentido común. En este artículo proponemos cuestionar esa epistemología, aportando evidencias empíricas y argumentos que nos permitan estimar supuestos alternativos para pensar la notación musical como un sistema de representación con las consecuentes posibilidades que ello implica.