En este trabajo lleno de sugestiones trata el Sr. Rouges uno de los más arduos problemas que propone la filosofía: el del tiempo. Es penoso el esfuerzo de enfrentarse ante él sin ánimo de eludirlo metafísicamente; y si difícil es concebirlo en su desnudez —despojado de la caparazón de interpretaciones que lo ocultan a fuerza de querer aclararlo— mucho más dificultosa es la empresa de expresar lo concebido. Continuamente la palabra mata o traiciona el escurridizo matiz inexpresable, continuamente la confusión de significados amenaza con destruir la más paciente meditación.