Las estrategias para la síntesis de heterociclos se concentran en su mayoría en lograr condiciones que favorezcan la ciclación intramolecular como condensación aldólica, acilación intramolecular, alquilación, ciclación de Diels-Alder, entre varias otras. Sin embargo, en los métodos clásicos de preparación, la mayoría de las técnicas involucran a menudo muchas etapas, que utilizan reactivos en su mayoría tóxicos y la generación de residuos. Es por ello que resulta necesario desarrollar estrategias de síntesis que reduzcan su impacto ambiental. Uno de los enfoques más relevantes desde el punto de vista de la sustentabilidad de las reacciones reside en el reemplazo de los catalizadores ácidos. Los procesos tradicionales suelen usar catalizadores tipo ácido de Brønsted (ácido sulfúrico, clorhídrico, fluorhídrico, etc.), líquidos en su mayoría, o ácidos de Lewis (tricloruro de aluminio, trifluoruro de boro y cloruro de cinc, etc.). Estos catalizadores son difíciles de manejar, pues su manipulación implica ciertos riesgos; tampoco pueden ser reciclados, generando así problemas en su eliminación; y además resultan tóxicos y corrosivos.