Este libro, desde su título, permite al lector inferir una doble propuesta que permea todo su desarrollo. Por un lado, parece indagar sobre un quehacer ineludible entre el psicoanálisis y su necesidad de cambio. Por otro, sobre cómo cambia un paciente en un proceso psicoanalítico. Finalmente, la mención de un modelo, invita a un recorrido para ser compartido, dando cuenta de una creciente prioridad de la comunidad psicoanalítica de exponer su clínica y su técnica, argumentar sobre las diferencias teóricas y revisar la metapsicología acorde con dicha experiencia.
Puede decirse que el recorrido de sus 7 partes, 16 capítulos y 5 anexos lo posiciona como un libro productivo y fértil desde cada uno de estos ángulos.