A través de este ensayo, del año 1975, Gayle Rubin se da a conocer impactando profundamente en el rumbo de los feminismos angloamericanos de los años setenta e incluso abriendo el incipiente campo de los estudios de género. Allí se propone indagar las causas probables de la opresión femenina. En este sentido es que aporta por primera vez el concepto de sistema sexo-género, el cual utiliza para interpretar las relaciones de sexualidad, las relaciones de producción y las relaciones de opresión a partir de una lectura crítica y postestructuralista de Marx, Freud y Lévi-Strauss, a través de Foucault y Lacan.